La limpieza de campanas extractoras es un aspecto esencial en el mantenimiento de una cocina. No sólo se trata de una tarea de limpieza superficial, sino que también es una cuestión de higiene y seguridad en el hogar.
La campana extractora es un elemento clave en la cocina, ya que permite eliminar humos, olores y grasas que se generan durante el proceso de cocción. A continuación, te explicamos por qué es tan importante mantenerla limpia y cómo hacerlo de manera efectiva.
Los beneficios de una campana extractora limpia van más allá de la simple apariencia estética. Una campana sucia y grasienta puede generar una serie de problemas, como la acumulación de bacterias, la reducción del rendimiento del equipo y, en casos extremos, incendios en la cocina. Además, una campana limpia mejora la calidad del aire en el espacio de cocción, lo que repercute directamente en la salud de quienes la utilizan. Por tanto, es fundamental llevar a cabo una limpieza periódica y adecuada de la campana extractora para garantizar un entorno seguro y saludable en la cocina.
Sin embargo, a pesar de la importancia de mantener la campana extractora limpia, muchas personas no saben cómo hacerlo correctamente o desconocen las mejores prácticas para lograr una limpieza eficiente. Es por ello que en este artículo te ofrecemos una guía detallada y paso a paso para que puedas dominar el arte de la limpieza de campanas y disfrutar de una cocina reluciente y libre de grasas.
¿Qué te vas a encontrar?
Como limpiar la campana de la cocina por dentro y por fuera
Una vez que hayas preparado la cocina y reunido las herramientas y el equipo necesario, es hora de comenzar con la limpieza de la campana extractora. A continuación, te ofrecemos un detallado paso a paso para que puedas realizar esta tarea de manera eficiente y efectiva:
Retira los filtros:
La mayoría de las campanas extractoras cuentan con filtros metálicos o de carbón que se pueden extraer fácilmente.
Retíralos y colócalos en un recipiente con agua caliente y detergente desengrasante. Deja que los filtros se empapen mientras limpias el resto de la campana.
Aspira el polvo:
Utiliza una aspiradora para eliminar el polvo y las partículas sueltas del interior y exterior de la campana. Presta especial atención a las áreas alrededor del motor y los componentes eléctricos.
Aplica el detergente:
Mezcla agua caliente con un detergente desengrasante en una cubeta o recipiente.
Empapa una esponja o paño de microfibra en la solución y aplícala sobre las superficies de la campana, tanto por dentro como por fuera.
Deja que el detergente haga su efecto y después frota consistentemente, el Fairy va muy bien para quitar este tipo de manchas.
Frota las superficies:
Utiliza la esponja o el paño de microfibra para frotar las superficies y eliminar la grasa y la suciedad acumuladas.
Si es necesario, utiliza un cepillo de cerdas suaves para llegar a zonas de difícil acceso y quitar manchas más solidas y gruesas.
Enjuaga y seca:
Una vez que hayas eliminado la grasa y la suciedad de la campana extractora, enjuaga las superficies con agua caliente y sécalas con toallas de papel o paños secos. Asegúrate de que no quede agua ni residuos de detergente en la campana.
Limpia los filtros:
Después de haber empapado los filtros en agua caliente y detergente desengrasante, frota suavemente las superficies con una esponja o cepillo de cerdas suaves para eliminar la grasa y la suciedad acumuladas. Enjuaga los filtros con agua caliente y sécalos completamente antes de volver a colocarlos en la campana.
Vuelve a montar la campana:
Una vez que hayas limpiado todos los componentes de la campana extractora, vuelve a montarla siguiendo las instrucciones del fabricante. Asegúrate de que todos los componentes estén correctamente ajustados y conecta la campana a la corriente eléctrica.
Limpia la campana por fuera:
Utiliza una solución de agua y detergente desengrasante para limpiar el exterior de la campana, prestando especial atención a las áreas alrededor de los botones y controles.
Utiliza mopas, toallas de papel o paños secos, estas te ayudarán a dejarla impoluta.
Limpia la encimera y la estufa:
después de haber limpiado la campana extractora, utiliza una solución de agua y detergente desengrasante para limpiar la encimera y la estufa. Asegúrate de secar bien las superficies para evitar la acumulación de agua y residuos de detergente.
Herramientas y equipo necesario para limpiar campanas extractoras
Para llevar a cabo una limpieza efectiva de la campana extractora, es necesario contar con las herramientas y el equipo adecuado. A continuación, te ofrecemos una lista de los elementos que necesitarás para realizar esta tarea de manera eficiente:
- Guantes de goma: protegen tus manos de la grasa y los productos de limpieza.
- Cubeta o recipiente: para mezclar agua caliente con detergente.
- Detergente desengrasante: esencial para eliminar la grasa acumulada en la campana.
- Esponja o paño de microfibra: para aplicar el detergente y frotar las superficies.
- Cepillo de cerdas suaves: útil para llegar a zonas de difícil acceso y eliminar la suciedad.
- Aspiradora: para eliminar el polvo y las partículas sueltas.
- Toallas de papel o paños secos: para secar las superficies después de la limpieza.
- Destornillador: en caso de que sea necesario desmontar alguna pieza de la campana.
Cómo preparar tu cocina para la limpieza de campanas extractoras
Antes de comenzar con la limpieza de la campana extractora, es importante preparar la cocina y el área de trabajo para evitar daños o accidentes. A continuación, te ofrecemos algunos consejos para preparar tu cocina de manera efectiva:
Desconecta la campana extractora: asegúrate de desconectar la campana de la corriente eléctrica antes de comenzar con la limpieza para evitar riesgos de electrocución.
Retira los objetos cercanos: quita los objetos almacenados cerca de la campana, como utensilios de cocina, especias o decoraciones, para evitar que se ensucien o dañen durante el proceso de limpieza.
Protege las superficies: coloca toallas de papel o paños sobre la encimera y la estufa para protegerlas de salpicaduras de agua y productos de limpieza.
Ventila la cocina: abre las ventanas o puertas para garantizar una buena ventilación y evitar la acumulación de vapores y olores durante el proceso de limpieza.
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